Un miedo
paralizante existía en el interior de la Señora Marshall. Un miedo que le hacía
imposible ser ella misma, un miedo increíble a su propia hija. ¿Qué podía hacer
que una madre tuviera miedo de su hija?
Amenazas.
Sin duda las amenazas tenían mucho que ver con ese miedo,
pero no solo eso. Amenazas que comenzaron después de la muerte de su único hijo
biológico, Derek. Corrijo. Muerte no, Asesinato.
Su hija pequeña, Amélie siempre había sentido celos de su
hermano mayor, celos que jamás fueron percibidos por la Señora Marshall y los
cuales comenzaron tras enterarse de que era adoptada. Quizás eso hizo creer que
era una razón más para su favoritismo hacia él, o tal vez sólo era su
imaginación que de nuevo se la jugaba. Los celos aumentaron debido a diversas
cosas, cosas como el apoyo constante que recibía, hubiera hecho las cosas bien
o mal. Se podría decir que enloqueció, pero tal vez eso no sería lo más
acertado o sí.
Finalmente en un arrebato de celos acabó con su vida.
Ahí fue donde todo comenzó, dónde la señora Marshall fue
testigo de lo ocurrido, viendo como su hija empujaba escaleras a su hermano. La
señora Marshall corrió hacia él, esperando algún ápice de vida, una débil
respiración o un simple movimiento de su mano. Esperaba que todo hubiera sido
un susto, pero no fue así. No respiraba, Había muerto, no quedaba ni siquiera
un rastro de vida en sus ojos. El brillo de su alma se había apagado para
siempre.
No estaba preparada para aquel golpe, de hecho, nunca se
había planteado como sería perder a un hijo. Nunca pensó que sería ella la que
lloraría su muerte, si no que él lloraría la suya y mucho menos que se tuviera
que plantear denunciar a su propia hija, Amélie. La niña que un día encontró en
la puerta del orfanato a la espera de un hogar, una familia y a la que no se
vio capaz de dejar ir, desde aquel momento supo que quería ser su madre, su
hogar, su familia. Y así lo fue, cuidando, ayudándola y protegiéndola durante dieciocho
años. Después de lo ocurrido hizo como que no existía, se olvidó de todos. Sólo
vivía rodeada de amenazas de muerte hacia ella por parte de Amélie que
únicamente deseaba no verse entre rejas.
«Me
rindo.»
Innumerables veces salieron esas palabras de los labios
de la señora, pero había algo que la mantenía aún allí, los niños del orfanato.
Siempre adoró los niños y siempre que la vida le hacía recibir un duro golpe,
siempre se refugiaba en ellos. Hasta el día en el que Amélie la mortificó mucho
más al ver que ella seguía sin ser el centro de atención. La señora dejó de ser
la buena y adorable mujer que existía en el orfanato y cuidaba de todos los
niños como si fueran sus propios hijos.
¿Y adivinad quién tomó la figura protectora y adorable
que todos los niños desean ver en su infancia?
Amélie.
¿Y quién pasó a tener el papel de mala?
La Señora Marshall.
●●●
«Me alegra saber que al menos mi amor, mi querido Peter no
está viviendo el mismo infierno que yo. Jamás soportaría verlo en mi piel, está
mejor así. ¿Sabrá él lo de la muerte de
nuestro hijo? Ya no importa que nos haya abandonado. Sólo quedan los buenos
recuerdos, los buenos recuerdos que tengo junto a él y mi pequeño, mi Derek.
Llegó el momento de ignorar su partida, de olvidar los
motivos y de dejar al lado el orgullo. Porque no puedo dejar de quererlo. Te
quiero Peter, y siempre te querré. Porque me diste a la persona que más quise
en este mundo después de ti. Muchas gracias Peter.
¿Sabes? Alguien ha descubierto lo que pasó con Derek y
por eso te escribo. De nuevo acudo a ti, quiero de tu ayuda y está vez prometo
no rehuir por miedo. Quiero denunciar a Amélie. ¿Me podrás ayudar?
Yo ayudé con tu hijo y ahora necesito de nuevo tu ayuda.
Así estaremos en paz.»
Un saludo.
Margaret.
Continuará...
Ya sabéis,
comentad, puntuad... y si queréis enviar un mensaje más directo a mí para
alguna colaboración o cualquier otra cosa ajena a la historia podéis ir al
final de la página donde encontraréis un formulario para comunicaros más
directamente conmigo.
Hasta el
momento es el capítulo más corto de todos los escritos. Pero después de este
viene uno cargado de cosas nuevas. Emoción y sobretodo misterioso a la par de
dramático.
Este capítulo
lo quise hacer para zanjar medianamente este tema y luego poder continuar con
tranquilidad.
Posiblemente
el capítulo 11 será dividido en dos.
Un beso
enorme.
SMHJ
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Cualquier comentario que sea de mal gusto será borrado, es decir que al dar una critica utilices insultos soeces. Si tenéis blog dejarlo en el link. Y por supuesto, quiero vuestra opinión. Saludos Príncipes y Princesas de Sherlyn.