sábado, 11 de enero de 2014

Capítulo 12.

La tarea había sido lograda de forma exitosa, sin ningún error. Ahora sólo quedaba la celebración, y qué mejor manera de celebrarlo que con un par de copas más de las acostumbradas.

-          ¡Rémi! ¡Hay que celebrarlo! –Gritó una vez hubo llegado con las niñas y aparcado frente a su piso.

-          ¿Qué hay que celebrar?

-          Dinero Rémi. –Se acercó al joven Francés pasándole el brazo sobre el hombro. – ¿No lo escuchas? ¿No escuchas el sonido del dinero? ¿Las monedas al caer y la caja al abrirse?

-          No escucho nada Tyco, y no voy a celebrar nada contigo.

-          ¡Rémi! ¡Venga ya! –Ríe con sorna y le mira con maldad. – ¿Ahora te me vas a volver un chico modelo? Todos sabemos que te encantan las celebraciones, y más si son al estilo de Tyco.

-          Está bien… -Dijo con tono serio sin mucho entusiasmo.

-          ¡Niñas subid arriba con Kay!, los mayores tienen que hablar.

 

Mientras Tyco decía felizmente aquello se acercaba a su BMW para abrir la puerta y dejar salir a las Höhner, pero un comentario inesperado de Rémi le detuvo.

-          Kay no está.

Rémi palideció en el mismo instante en que lo dijo, desde luego no se había parado a pensar en las consecuencias que acarrearía su error sobre la pobre joven por su culpa. Aunque pensándolo bien, de igual forma lo habría descubierto…

-          ¿Qué has dicho Rémi?

Silencio.

«Maldito idiota. Eres un bocazas Rémi, siempre has sido un bocazas y lo sabes»

-          Nada, no he dicho nada.

-          ¡Rémi! ¿Es verdad lo que has dicho?

La posición relajada que minutos antes había adoptado mientras sugería una celebración a lo grande y amistosa había desaparecido. Ahora avanzaba a paso lento hacia Rémi sin dejar de mirarle.

-          ¿Me estás diciendo que no has sido capaz de realizar una tarea tan tonta como detener a Kay si la veías marchar? Es una estúpida mujer debilucha.

Silencio.

Suspira.

-          No he dicho eso Tyco. –Hace una pausa y traga saliva mientras busca las palabras. –¿Crees que no lo hubiera hecho de haberla visto? Pero te recuerdo que yo no era el encargado del local y de las chicas hoy. Era mi día libre.

-          Brandon.

 

 Ψ

 

Los autobuses fueron buenos lugares para conocer gente y coquetear unos años atrás, pero esto a día de hoy es improbable, por no decir imposible.

Es realmente irritante ver como todos los demás están ausentes, abstraídos manteniendo una conversación por un tonto cacharro o jugando a un estúpido juego que no te ayuda para nada. ¿Por qué no pasar el tiempo de camino a casa, a tu trabajo hablando en el autobús con la gente que te rodea? ¿Por qué no? Es increíble todo lo que puedes aprender de gente con la que sólo hablarás un día y probablemente no la vuelvas a ver o incluso observando a los demás te darás cuenta de cosas increíbles.

«Estúpidos móviles inteligentes» Refunfuña Eileen.

Definitivamente nadie durante todo el trayecto que ella había permanecido en aquel autobús pareció tener un simple contacto con el mundo real, tan sólo un grupo de mujeres de avanzada edad. Los demás tenía la mirada gacha observando una pantalla resplandeciente.

« ¿Es que no pueden dejar un momento los móviles y tener una conversación normal con un desconocido? Están dejando pasar miles de oportunidades. ¿Quién sabe si un desconocido podría pasar a ser parte de tu vida? Ni siquiera estaban en “la vida real” para ceder su asiento a los ancianos. Imbéciles.»

La vida de Eileen había cambiado bastante durante aquellos cuatro años. Por fin había terminado la carrera y se había trasladado a Londres a causa de su trabajo.

«¿Dónde estará¿» Se preguntó a sí misma.

Hacía por lo menos una hora que se había bajado del autobús y aún no había llegado su socio.

-          ¡Eileen! –Gritó una voz que provenía de alguien entre toda aquella multitud que abarrotaba las calles de Londres.

Para cuando hubo alzado la mirada para mirar en todas direcciones un beso fue plantado en su boca sin avisar. Su socio había llegado, o más bien su prometido, su mejor amigo.

-          Cariño… -Murmuró ella.

-          Aún no puedo creer que esto esté ocurriendo. –Murmuró pasando una mano por su vientre ligeramente abultado.

Está embarazada.

Ψ

-          Sabes que nunca quise que le hicieran daño a ella, sabes perfectamente que nunca pensé…

-          ¡Qué te calles! Sabes perfectamente que todo eso fue tu culpa. ¡Lárgate! ¡No quiero saber nada de ti. Ni siquiera sé porque sigues intentando arreglarlo, sabes perfectamente que no quiero saber nada de ti.

La relación entre hermanos había sido bastante buena, pero como ya sabéis, cuando Tyco apareció en sus vidas contándole los días a cada miembro de su familia si no hacía lo que quería, esto había terminado totalmente con su relación, y más después del intento de asesinato hacia su madre.

Ahora ella insiste en arreglar las cosas, pero el persiste en la misma opinión. No hay vuelta atrás.

-          Bruno… Podemos marcharnos, podemos irnos fuera de Nueva York, con mamá y volver a ser los que antes éramos. Podemos y lo sabes.

-          Te he dicho que nos dejes en paz, lárgate. Nunca estaremos bien si tú sigues con nosotros.

Aquellas palabras fueron como puñaladas. Sabía que eso era cierto, pero dolía, dolía saber que su hermano la odiaba tanto como odió a Tyco el día que casi mata a Grease. No le quedaba de otra que decir adiós y cerrar ese capítulo. Se estaba rindiendo. Estaba dejando la relación con su hermano por perdida. No sólo perdía a un hermano, sino también a una madre. Seguía estando sola. Además, ¿Qué hacía allí? ¿En serio por un momento había pensado en marcharse y dejar solas a las niñas? Ni siquiera ella misma podía creer lo egoísta que había sido por un momento. Se pensaba marchar con su familia y dejar a las niñas a la merced del odio de Tyco. No podía hacerlo. Tenía que regresar. Ya se inventaría una excusa, aunque sabía perfectamente que no le serviría de nada.

 

«Soy un monstruo. Me estoy convirtiendo en un monstruo»

 

Ψ

      Las niñas había perdido ya la cuenta de la cantidad de copas que se había servido su padrino, una, dos, tres, cuatro… no se sabía, pero si habían sido las suficientes para sacar ese lado agresivo y perturbado de Tyco que se incrementaba cuando el alcohol estaba en él. Sentado frente a la mesa de la cocina daba ahora vueltas a un vaso siendo observado por las Höhner, atónitas, esperando a que pasara algo, a algo a lo que ya se había acostumbrado y que sabían que no podían escapar de ello escondiéndose en su cuarto. Pero no pasó. Se levantó de la silla, abrió la puerta y salió de allí enfurecido. Buscaba a alguien.

-          Espero que no se cruce con Kay por el camino. –Dijo Azura.

Todas suspiraron y agacharon la cabeza.

 

●●●

Tyco corría escaleras abajo sin pararse. Sabía a donde debía ir para encontrar a la persona que buscaba y que deseaba con todas sus ganas pegarle una brutal paliza y arreglar cuentas. Brandon. Allí estaba en la puerta del club, vestido completamente de negro, un hombre alto, de espaldas anchas y fornidas,  con semblante serio y una sonrisa entre picara y maliciosa que aparecía cuando veía entrar a algunas chicas del club.  

-          ¡Brandon!

Gritó mientras corría y arremetiendo contra él por la espalda.  A él no le dio tiempo a reaccionar e impactó contra el suelo con el cuerpo ajeno sobre sí.

-          ¡Maldito gilipollas! ¿Qué haces cabrón? –Gritó Brandon dolorido.

-          Eres un imbécil de mierda. ¿Cómo fuiste capaz de no darte cuenta que Kaytleen se había escapado? Sabes que esa maldita puta se ha intentado escapar más de una vez.

Y sin dejar que Brandon intentara zafarse se levantó dejando que este se incorporara para así poder arremeter de nuevo contra él y tener una pelea más limpia. Y así lo hizo. Un puñetazo en la nariz que hizo que la sangre le manara a borbotones de ella que fue contrarestado por su oponente con un rápido golpe en la barbilla. Pero no todo se basó en un simple puñetazo ya que Tyco jamás se conformaba con un simple golpe, quería más, el no saciaba su ansia de venganza con sólo un simple golpe y eso lo sabía el propio Brandon, el cual le había acompañado en numerosas peleas con clientes borrachos e irrespetuosos que acabaron en el hospital o en circunstancias mucho peores. Los músculos de Tyco se notaban tensos bajo la camiseta de seda blanca la cual ahora estaba manchada de sangre por la zona de los puños y la rabia se mostraba en sus ojos color avellana. Brandon le pilló por un momento distraído y arremetió contra él propinándole varios puñetazos en el estómago permitiéndole tomar así ventaja, pero Tyco se adelantó pegándole una patada en las costillas antes de que Brandon saliera de aquel estado en el que se había sumido al ver que tenía una oportunidad de salir ileso de aquella pelea. Brandon calló al suelo dolorido, mientras Tyco caminaba a trompicones hacia donde se encontraba su “amigo” y le miró por última vez.

-          Deberías haber recordado que no hay pelea limpia contra mí.

Y le clavó sin piedad aquel viejo puñal que siempre llevaba consigo. Y vio, vio como la vida del que había sido su más fiel empleado abandonaba sus ojos. Ya Brandon no sería un problema. 

      Cuando hubo terminado con Brandon se percató de que había gente observando la pelea, a pesar de que ya estaban acostumbrado a cosas similares pasaran en el club situado en una zona casi desierta, nunca antes habían presenciado un asesinato.

Tyco, sin preocuparse mucho por la gente que le observaba arrastró el cuerpo de Brandon para meterlo en el maletero de su coche. Sabía que no hablarían a la policía, pues sabían perfectamente que él se las arreglaría para hacerles sufrir aun estando entre rejas.

-          Lo siento amigo. –Dijo mientras cerraba la puerta del maletero.

Y allí estaba Kaytleen plantada al lado del BMW de Tyco, mirándole horrorizada, lo había visto todo. Brandon había muerto por su culpa, aunque podría haberse alegrado por su muerte pues sabía que era casi el doble de Tyco respecto a crueldad, no podía hacerlo, ahora tocaba que se deshiciera de ella. Nunca le había visto tan cabreado, y sabía que ella era la razón, sabía que ese día iba a ser el último para ella o al menos eso creía que él haría, pero se equivocaba iba a ser mucho peor.

-          Al fin te has dignado a volver. ¿Has visto lo que le has hecho al pobre Brandon? Esto es solo tú culpa. –Hace una pausa y se acerca a ella. –Deberías empezar a medir tus acciones y pensar en que repercutirá. Tu madre será la siguiente. 




 Continuará... 

Ya sabéis, comentad, puntuad... y si queréis enviar un mensaje más directo a mí para alguna colaboración o cualquier otra cosa ajena a la historia podéis ir al final de la página donde encontraréis un formulario para comunicaros más directamente conmigo. 

Y para contestar una encuesta sobre la historia clic aquí.  

Un beso enorme.

4 comentarios:

  1. Querida amiga: en mi opinión, a la escena de la pelea le falta descripción. Que el lector sienta cómo recibe la víctima la furia del otro, qué cara pone, cómo están sus ojos. Pequeños detalles que harán que la escena resalte, ya que desde el punto de vista dramático es el centro del relato. Del mismo modo, la furia en el otro personaje. REcuerda otras peleas que tuvo, y hay que tener en cuenta si este puñetazo interviene en la trama posterior de la novela y en qué forma para que la acción se desenvuelva. Te recomiendo la lectura de Tolstoi y la de un libro sobre cómo elaborar personajes que si quieres te hago llegar a tu correo. Un abrazo

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    1. Sí, sé que le falta un poco de descripción, porque la verdad no sabía muy bien como hacerlo, supongo que lo iré puliendo mientras lo vaya releyendo pues sé que todo lo que he escrito ahora lo corregiré más de una vez.

      Y sí, la verdad me gustaría leer algo por el estilo, es decir, sobre como elaborar personajes, pues a veces me cuesta un poco algunas cosas.

      Un beso, y gracias, ahora mismo me pondré a retocar la escena de la pelea.

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  2. Qué guay!! esto está realmente entretenido, lo que más me gusta es tu imaginación capaz de sacar acción de la nada...guay..Debes pulir algunas cosillas respecto al léxico, pero eso hay gente más cualificada que te orientará, aunque insisto...apasionante!!. Espero el próximo capitulo, no tardes. Besos

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    1. Me alegro mucho que te haya gustado y muchísimas gracias tanto por las críticas positivas como por las críticas negativas ya que es una especie de incentivo que hace que me haga darme cuenta de lo que he mejorar.
      Y de veras estoy intentando mejor en cuanto puedo.

      Un beso enorme y muchísimas gracias por comentar.
      No creo que tarde mucho, está en proceso el capítulo 13.
      Para el viernes o sábado creo que está listo.

      SMHJ

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