Ψ
Y ahí estaba sentada en el
asiento delantero del viejo Mustang de Rémi. Absorta en sus pensamientos, viajando en
recuerdos de su infancia sin ser consciente de lo que ocurría a su alrededor. Decididamente
se encontraba en aquel verano de 1997 en la costa oeste donde su familia pasaba
todos los veranos. Ella y su hermano correteando por el borde de la piscina
hasta que al final caían mientras reían, chapoteaban y jugaban a miles de
juegos. Cómo echaba de menos a su hermano Bruno, aquel que la protegía en todo
momento, aquel que siempre la hacía reír, o la hacía rabiar, aquel no permitía
que nadie más lo hiciera. Hacerla rabiar era su trabajo.
Pero
duró muy poco en ese estado.
Un leve toque en el hombro la trajo de
nuevo a la cruda realidad en la que estaba obligada a vivir.
«Ojalá pudiera volver a aquellos tiempos donde todo
estaba bien, ojalá pudiera enmendar mis errores.»
Otro toque en el hombro
que hace que se queje.
Las capas de maquillaje y
ropa han hecho un gran trabajo ocultando los horrorosos moretones, pero desde
luego el dolor sigue siendo el mismo, aunque es mucho peor el dolor que siente
en su interior, el dolor emocional. Cada día Kay tiene menos autoestima.
«Ya hemos llegado Kay, ya hemos llegado. ¿Estás preparada
para seguir arruinando la vida a unas niñas inocentes.» Piensa con cierta ironía, tristeza y
resignación, una mezcla de sentimientos realmente explosiva.
-
¿Estás bien Kay?
-
Sí,
sí, perfectamente.
-
Está
bien. Baja del coche, nos están esperando desde hace un buen rato, y eso no es
precisamente educado.
Ψ
-
Tengo
que devolver la fotografía. –Murmuró mientras abrazaba contra su pecho la
imagen que si era echada en falta le podría causar grandes problemas.
Quedaban unas horas para
la llegada de sus futuros ‘’padres’’, lo que le permitía el tiempo suficiente
para devolverla, ya que durante aquella semana no deberían acudir al colegio y
ese día tampoco lo harían al comedor, pues por suerte comerían con Kay, Rémi y
Lucas como parte del programa para adaptación que ha creado Lucas especialmente
para ellas. Y a todo esto cabe añadir que Amélie estará ayudando en el comedor
para preparar las mesas a la llegada de los niños del colegio, desde luego
parece un día perfecto para ejecutar el plan “Déjalo dónde los has encontrado’’.
Con la fotografía entre
los brazos comenzó a caminar hacia la puerta llegando por fin al sombrío
pasillo.
Como siempre la luz no
estaba presente agravando la tetricidad del lugar, pues apenas un tenue rayo de
sol se colaba por un hueco bastante notorio en la pared.
Tenebroso, inquietante.
Esas son las palabras para describirlo.
Pero ya no tenía efecto
alguno en Azura. Ya no tenía miedo. Esa sensación era ya tan conocida para ella
que apenas la notaba cuando se presentaba. Posiblemente si le preguntaran a que
tiene miedo, diría que a nada.
Por fin llegó al final del
pasillo.
De nuevo, la puerta estaba
abierta, y si mirar hacia atrás se coló silenciosamente en la habitación. No
había nadie, como cabía esperar. Un suspiro.
«Ahora sólo queda dejar la fotografía en dónde estaba, y
te podrás olvidar de Amélie.»
Un, dos tres… tres pasos
para llegar al enorme corcho que mostraba la gran colección de fotografías, el
mismo corcho donde la noche anterior robó la foto.
Así pues repitió la misma
hazaña. Se subió a la silla, pero esta vez para devolver la imagen sin pararse
a mirar las demás. Había tenido bastante. Y eso que aún las cosas no habían
hecho más que empezar.
« ¡Listo! »
Luego
se bajó de la silla y la colocó en su lugar. Estaba lista para salir de allí
pero una sombra la sorprendió justo cuando se preparaba para girarse e irse por
donde había venido. Pero allí estaba aquella enorme sombra que delataba que, en
efecto, alguien la había descubierto o simplemente alguien se acercaba.
Y
desde luego no quería descubrirlo.
Se
quedó inmóvil esperando a que todo pasara, a que la descubrieran y fuera
castigada. Ahora realmente empezaba a notar un ligero avistamiento del conocido
miedo.
Ψ
Nuevamente
lágrimas recorren el rostro de Sherlyn, lágrimas de dolor, de tristeza.
¿Qué está pasando?
Ander ha desaparecido.
Para ser más claros el
pequeño rubial llevaba días sin aparecer por el comedor. Pero Sherlyn eso no lo
tuvo en cuenta, pues según le habían contado por aquel entonces los niños que
estaban en trámites de adopción no acudían a una gran parte de comidas, por lo
que se alegró pensando que sería sólo eso, que había tenido suerte.
Pero todo cambió cuando
pasaron los días y no aparecía, ni siquiera para despedirse como otra niña le
había contado que hacían cuando un niño abandonaba el Orfanato.
No teniendo una teoría a
la que aferrarse, Sherlyn terminó pensando lo peor ya que esa horrible idea se
reforzaba cuando algunos niños se atrevían a preguntar a la Rontemeyer por él,
y ella solo sabía agachar la cabeza y continuar caminando como si esa pregunta
no hubiera sido formulada jamás. Lo cual le hizo recordar a cómo Eileen se
comportó cuando sus padres fallecieron y no sabía cómo comunicarles la fatal
noticia.
¿Ander había muerto?
-
Sher,
no llores. –Murmura una voz lejana y masculina. Completamente reconocible para
ella.
-
¿Tío
Erich?
-
Sí,
soy yo preciosa. –Silencio. –No llores.
Ahora sí, por fin Sherlyn
levanta el rostro de la almohada y recorre la habitación entera en busca del
Erich tatuado que recuerda.
Ahí está. A su lado.
-
Te
quiero tío Erich.
-
No
llores.
Repite lo mismo nuevamente
“No llores’’.
Aquellas dos simples
palabras se las repitió numerosas veces cuando aún se encontraba junto a ella.
Y un día ella se las dijo a él. Él último día que la vio, el día anterior al de
su muerte. El no paraba de decir lo siento, mientras lloraba. Él lo sabía,
sabía que iba a morir. Ahora es él el que las vuelve a repetir mientras
acaricia el pelo de su querida sobrina.
-
Yo
también te quiero. Siento haberme ido pequeña, siento haberme ido. –De nuevo,
Silencio. – Recuerda, no llores. Nadie te puede hacer daño, eres especial.
Ψ
La tenue sombra retrocede
y desaparece entre la oscuridad.
Otro suspiro.
Desde luego Azura cree
haber completado la misión con éxito, cree no haber sido descubierta por el
poco tiempo en que la sombra se vislumbró, pero no es así. Ya había sido descubierta
mucho antes de que decidiera devolver la fotografía. Había sido descubierta la
misma noche en que huyó de la habitación con aquella foto en su bolsillo.
Y todo por culpa de un
estúpido coletero. Y de nuevo, la sombra, Amélie la había pillado in fraganti
mientras devolvía lo que había robado.
Ψ
-
¡Por
fin han llegado! –Grita Lucas desde el interior del orfanato mientras corre
hacia la puerta. –Ya era hora Señor y señora Dubois.
-
Sentimos
el retraso, pero había un horrible atasco en la autopista.
-
No
pasa nada, seguidme. El almuerzo está servido en la misma sala que el día
anterior. –Hace una pausa mientras camina guiándolos a pesar de que ya habían
estado el día anterior. –Hoy será un día más tranquilito, comeremos todos
juntos y hablaremos como una familia normal. Yo intentaré mantenerme un poco al
margen para dejaros a ustedes tomar el protagonismo. ¿Os parece bien?
-
¡Genial!
–Dice Rémi mientras sonríe de forma cortés.
Y allí estaban de nuevo
las niñas, de pie a la espera de la llegada de Kay y Rémi. Pero esta vez Lucas
no avisó de la llegada, ni tampoco les advirtió de cómo se debían comportar.
Dejó que hicieran lo que quisieran, quería ver como lo hacían por si solas sin
tener a alguien que les dijera si estaba bien o estaba mal. Dejándoles absoluta
libertad.
-
¡Hola
pequeñas! –Gritó en un fingido y no tan fingido entusiasmo el guapo Francés con
aquel acento que a cualquier persona le podría irritar o enamorar.
-
¡Hola
Rémi! ¡Hola Kay!
Aquella acogida fue algo
que realmente sorprendió a Lucas. Incluso hasta una de ellas se atrevió a dar
un beso a Kay. Y sí, fue Sherlyn.
A pesar de no haber tenido
un buen día se obligó a si misma a ser amable, aquella chica y el joven de
acento extraño (Así lo llama ella cuando no recordaba el nombre) no tenían la
culpa.
La comida ya estaba en la
mesa. No hacía mucho que la habían traído por lo que aún estaba caliente.
-
Lucas.
¿Por qué a nosotros nos ponen una comida asquerosa y ahora cuando vienen
adultos de fuera para adoptarnos ponen una realmente deliciosa? –Pregunta la
impertinente Daysha nada más ver su plato.
-
Nunca
lo entenderé. –Dice riendo con los jóvenes Dubois que no tardaron en reír al
escuchar tal comentario.
-
¿Qué
os hace gracia? No he dicho nada gracioso. –Dice mirándolos de forma seria
mientras infla los mofletes.
El
almuerzo continuó tranquilamente con muchas bromas de por medio y algún que
otro comentario no demasiado educado por parte de Daysha la que de nuevo
parecía sacar el hacha de guerra ante la idea de tener unos nuevos “padres’’.
Aunque también la misma Daysha se dio cuenta de algo que los demás pasaron
inadvertido.
Los
morados de Kaythleen. Al parecer ella no se había maquillado tan bien como
creía.
-
¿Kay?
¿Te has hecho daño?
-
¿Qué?
–Pregunta absorta hablando por primera vez en toda la tarde.
-
¿Qué
si te has hecho daño? –Dice señalando ahora un morado que se deja entre ver
entre las mangas remangadas de su camiseta. –Tienes un morado muy feo.
Las miradas caen sobre
ella, y traga saliva. Está nerviosa. Sin darse cuenta se había remangado la
camiseta durante el almuerzo y uno de los feos morados había quedado visible.
-
Yo…
me caí. –Dice sin ser demasiado convincente, pero por lo menos para la pequeña
la respuesta le vale, pero para los adultos no es realmente creíble. Espera no
recibir preguntas al respecto, pues sabe que podrían pensar que el propio Rémi
le pega y tal vez retirarles la custodia en el caso de que se la dieran. Debía
cuidar más esos detalles.
Al terminar la visita de
Kay y Rémi todos se retiraron a su habitación, incluido Lucas que como de
costumbre se quedaba con ellas, no las quería dejar sola en ningún momento,
pues había cogido esa costumbre con su hija
Chelle la que hasta hace poco dormía con él.
Azura y Daysha se
durmieron rápidamente, estaban agotadas. Pero en cambio Sherlyn aún tenía miles
de cosas que le rondaban la cabeza, sobretodo la posible muerte de Ander, que
para ella era verídica.
-
Lucas.
–Dice al fin, esperando a que el joven de pelo rizado aún estuviera despierto.
-
Dime
princesa.
-
¿Sabes
quién es Ander? ¿Lo has visto?
-
Por
supuesto que sé quién es, es un niño encantador, y muy divertido. –Dice
haciendo una larga pausa mientras parece pensar si contestar a la siguiente pregunta,
pero finalmente lo hace y confirma las sospechas de ella. –Pero Sher… Ander ya
no está aquí.
-
¿Cómo
que no está? ¿Lo han adoptado? –Hace una pausa y mira a Lucas detenidamente.
-¿Por qué no se despidió de mí?
-
Sherlyn.
No lo han adoptado… -Hace nuevamente una pausa que pone de los nervios a la
niña. –Se ha escapado del orfanato.
-
¿Se…
se ha escapado?
Lucas asiente y se prepara
para abrazarla levantándose de su improvisada cama en el suelo. Su mejor amigo
del orfanato se había ido sin despedirse de ella. ¿Volvería a saber de él algún
día?
Pero lo más preocupante es… ¿Cómo
escapó Ander?
Continuará...
Ya sabéis, comentad, puntuad... y si queréis enviar un mensaje más directo a mi para alguna colaboración o cualquier otra cosa ajena a la historia podéis ir al final de la página donde encontraréis un formulario para comunicaros más directamente conmigo.
Me encanta esta historia, Kay me hace llorar, y también la pequeña Sherlyn cuando lloró por la posible muerte de su amigo y apareció su tío. Es tan tierno y tan... ;_;
ResponderEliminarQuiero más. Porque no quiero que las adopten y que tengan ese destino, pero algo me dice que lo acabaran haciendo y que Kay las salvará. Ella no es mala y sin embargo mira donde ha acabado u.u
Siguiente =)
Un beso <3
Me alegra que te guste, es bueno saber que a pesar de retrasarme muchas veces en entregar los capítulos a tiempo aún alguien me sigue leyendo porque le guste.
EliminarMuchas gracias enserio.
En estos días iré escribiendo poco a poco más de la historia pues ya tengo claro que va a suceder :)
Aunque después de algunas cosas no sé realmente que pasará, supongo que lo iremos viendo.
Muchísimas gracias de nuevo por seguir leyendo.
Un beso y un abrazo.
Sherlyn M. Höhner Jager.
Me a encantado el capitulo, perfecto. Ojala remi en algun comento recuerde como era y sea bueno. Buen punto el de la escapada de Ander
ResponderEliminarBesos y abrazos
Me alegro mucho y como siempre muchísimas gracias por el comentario, después de que me leáis es una de las cosas que más agradezco.
EliminarIremos viendo poco a poco como evoluciona Rémi.
Y si os dais cuenta en los anteriores capítulos no digo que sea 'malo' más bien que está ausente y es como si lo que pasara a su alrededor no fuera con él.
Un beso y un Abrazo.
Y de nuevo muchísimas gracias.
Sherlyn Höhner