martes, 6 de agosto de 2013

Capítulo 8. Segunda Parte.



Ψ


Y ahí estaba sentada en el asiento delantero del viejo Mustang de Rémi.  Absorta en sus pensamientos, viajando en recuerdos de su infancia sin ser consciente de lo que ocurría a su alrededor. Decididamente se encontraba en aquel verano de 1997 en la costa oeste donde su familia pasaba todos los veranos. Ella y su hermano correteando por el borde de la piscina hasta que al final caían mientras reían, chapoteaban y jugaban a miles de juegos. Cómo echaba de menos a su hermano Bruno, aquel que la protegía en todo momento, aquel que siempre la hacía reír, o la hacía rabiar, aquel no permitía que nadie más lo hiciera. Hacerla rabiar era su trabajo.

            Pero duró muy poco en ese estado.

Un leve toque en el hombro la trajo de nuevo a la cruda realidad en la que estaba obligada a vivir.

«Ojalá pudiera volver a aquellos tiempos donde todo estaba bien, ojalá pudiera enmendar mis errores.»

Otro toque en el hombro que hace que se queje.

Las capas de maquillaje y ropa han hecho un gran trabajo ocultando los horrorosos moretones, pero desde luego el dolor sigue siendo el mismo, aunque es mucho peor el dolor que siente en su interior, el dolor emocional. Cada día Kay tiene menos autoestima.

«Ya hemos llegado Kay, ya hemos llegado. ¿Estás preparada para seguir arruinando la vida a unas niñas inocentes.» Piensa con cierta ironía, tristeza y resignación, una mezcla de sentimientos realmente explosiva.

-          ¿Estás  bien Kay?
-          Sí, sí, perfectamente.
-          Está bien. Baja del coche, nos están esperando desde hace un buen rato, y eso no es precisamente educado.

Ψ


-          Tengo que devolver la fotografía. –Murmuró mientras abrazaba contra su pecho la imagen que si era echada en falta le podría causar grandes problemas.

Quedaban unas horas para la llegada de sus futuros ‘’padres’’, lo que le permitía el tiempo suficiente para devolverla, ya que durante aquella semana no deberían acudir al colegio y ese día tampoco lo harían al comedor, pues por suerte comerían con Kay, Rémi y Lucas como parte del programa para adaptación que ha creado Lucas especialmente para ellas. Y a todo esto cabe añadir que Amélie estará ayudando en el comedor para preparar las mesas a la llegada de los niños del colegio, desde luego parece un día perfecto para ejecutar el plan “Déjalo dónde los has encontrado’’.

Con la fotografía entre los brazos comenzó a caminar hacia la puerta llegando por fin al sombrío pasillo.
Como siempre la luz no estaba presente agravando la tetricidad del lugar, pues apenas un tenue rayo de sol se colaba por un hueco bastante notorio en la pared.
Tenebroso, inquietante. Esas son las palabras para describirlo.
Pero ya no tenía efecto alguno en Azura. Ya no tenía miedo. Esa sensación era ya tan conocida para ella que apenas la notaba cuando se presentaba. Posiblemente si le preguntaran a que tiene miedo, diría que a nada.

Por fin llegó al final del pasillo.

De nuevo, la puerta estaba abierta, y si mirar hacia atrás se coló silenciosamente en la habitación. No había nadie, como cabía esperar. Un suspiro.

«Ahora sólo queda dejar la fotografía en dónde estaba, y te podrás olvidar de Amélie.»

Un, dos tres… tres pasos para llegar al enorme corcho que mostraba la gran colección de fotografías, el mismo corcho donde la noche anterior robó la foto.

Así pues repitió la misma hazaña. Se subió a la silla, pero esta vez para devolver la imagen sin pararse a mirar las demás. Había tenido bastante. Y eso que aún las cosas no habían hecho más que empezar.

« ¡Listo! »

            Luego se bajó de la silla y la colocó en su lugar. Estaba lista para salir de allí pero una sombra la sorprendió justo cuando se preparaba para girarse e irse por donde había venido. Pero allí estaba aquella enorme sombra que delataba que, en efecto, alguien la había descubierto o simplemente alguien se acercaba.
            Y desde luego no quería descubrirlo.
            Se quedó inmóvil esperando a que todo pasara, a que la descubrieran y fuera castigada. Ahora realmente empezaba a notar un ligero avistamiento del conocido miedo.


Ψ


            Nuevamente lágrimas recorren el rostro de Sherlyn, lágrimas de dolor, de tristeza.
¿Qué está pasando?
Ander ha desaparecido.

Para ser más claros el pequeño rubial llevaba días sin aparecer por el comedor. Pero Sherlyn eso no lo tuvo en cuenta, pues según le habían contado por aquel entonces los niños que estaban en trámites de adopción no acudían a una gran parte de comidas, por lo que se alegró pensando que sería sólo eso, que había tenido suerte.
Pero todo cambió cuando pasaron los días y no aparecía, ni siquiera para despedirse como otra niña le había contado que hacían cuando un niño abandonaba el Orfanato.

No teniendo una teoría a la que aferrarse, Sherlyn terminó pensando lo peor ya que esa horrible idea se reforzaba cuando algunos niños se atrevían a preguntar a la Rontemeyer por él, y ella solo sabía agachar la cabeza y continuar caminando como si esa pregunta no hubiera sido formulada jamás. Lo cual le hizo recordar a cómo Eileen se comportó cuando sus padres fallecieron y no sabía cómo comunicarles la fatal noticia.

¿Ander había muerto?

-          Sher, no llores. –Murmura una voz lejana y masculina. Completamente reconocible para ella.
-          ¿Tío Erich?
-          Sí, soy yo preciosa. –Silencio. –No llores.

Ahora sí, por fin Sherlyn levanta el rostro de la almohada y recorre la habitación entera en busca del Erich tatuado que recuerda.
Ahí está. A su lado.

-          Te quiero tío Erich.
-          No llores.

Repite lo mismo nuevamente “No llores’’.
Aquellas dos simples palabras se las repitió numerosas veces cuando aún se encontraba junto a ella. Y un día ella se las dijo a él. Él último día que la vio, el día anterior al de su muerte. El no paraba de decir lo siento, mientras lloraba. Él lo sabía, sabía que iba a morir. Ahora es él el que las vuelve a repetir mientras acaricia el pelo de su querida sobrina.

-          Yo también te quiero. Siento haberme ido pequeña, siento haberme ido. –De nuevo, Silencio. – Recuerda, no llores. Nadie te puede hacer daño, eres especial.


Ψ

           
La tenue sombra retrocede y desaparece entre la oscuridad.
Otro suspiro.

Desde luego Azura cree haber completado la misión con éxito, cree no haber sido descubierta por el poco tiempo en que la sombra se vislumbró, pero no es así. Ya había sido descubierta mucho antes de que decidiera devolver la fotografía. Había sido descubierta la misma noche en que huyó de la habitación con aquella foto en su bolsillo.

Y todo por culpa de un estúpido coletero. Y de nuevo, la sombra, Amélie la había pillado in fraganti mientras devolvía lo que había robado.




Ψ


-          ¡Por fin han llegado! –Grita Lucas desde el interior del orfanato mientras corre hacia la puerta. –Ya era hora Señor y señora Dubois.
-          Sentimos el retraso, pero había un horrible atasco en la autopista.
-          No pasa nada, seguidme. El almuerzo está servido en la misma sala que el día anterior. –Hace una pausa mientras camina guiándolos a pesar de que ya habían estado el día anterior. –Hoy será un día más tranquilito, comeremos todos juntos y hablaremos como una familia normal. Yo intentaré mantenerme un poco al margen para dejaros a ustedes tomar el protagonismo. ¿Os parece bien?
-          ¡Genial! –Dice Rémi mientras sonríe de forma cortés.

Y allí estaban de nuevo las niñas, de pie a la espera de la llegada de Kay y Rémi. Pero esta vez Lucas no avisó de la llegada, ni tampoco les advirtió de cómo se debían comportar. Dejó que hicieran lo que quisieran, quería ver como lo hacían por si solas sin tener a alguien que les dijera si estaba bien o estaba mal. Dejándoles absoluta libertad.

-          ¡Hola pequeñas! –Gritó en un fingido y no tan fingido entusiasmo el guapo Francés con aquel acento que a cualquier persona le podría irritar o enamorar.
-          ¡Hola Rémi! ¡Hola Kay!

Aquella acogida fue algo que realmente sorprendió a Lucas. Incluso hasta una de ellas se atrevió a dar un beso a Kay. Y sí, fue Sherlyn.
A pesar de no haber tenido un buen día se obligó a si misma a ser amable, aquella chica y el joven de acento extraño (Así lo llama ella cuando no recordaba el nombre) no tenían la culpa.
La comida ya estaba en la mesa. No hacía mucho que la habían traído por lo que aún estaba caliente.

-          Lucas. ¿Por qué a nosotros nos ponen una comida asquerosa y ahora cuando vienen adultos de fuera para adoptarnos ponen una realmente deliciosa? –Pregunta la impertinente Daysha nada más ver su plato.
-          Nunca lo entenderé. –Dice riendo con los jóvenes Dubois que no tardaron en reír al escuchar tal comentario.
-          ¿Qué os hace gracia? No he dicho nada gracioso. –Dice mirándolos de forma seria mientras infla los mofletes.

El almuerzo continuó tranquilamente con muchas bromas de por medio y algún que otro comentario no demasiado educado por parte de Daysha la que de nuevo parecía sacar el hacha de guerra ante la idea de tener unos nuevos “padres’’. Aunque también la misma Daysha se dio cuenta de algo que los demás pasaron inadvertido.
Los morados de Kaythleen. Al parecer ella no se había maquillado tan bien como creía.

-          ¿Kay? ¿Te has hecho daño?
-          ¿Qué? –Pregunta absorta hablando por primera vez en toda la tarde.
-          ¿Qué si te has hecho daño? –Dice señalando ahora un morado que se deja entre ver entre las mangas remangadas de su camiseta. –Tienes un morado muy feo.

Las miradas caen sobre ella, y traga saliva. Está nerviosa. Sin darse cuenta se había remangado la camiseta durante el almuerzo y uno de los feos morados había quedado visible.

-          Yo… me caí. –Dice sin ser demasiado convincente, pero por lo menos para la pequeña la respuesta le vale, pero para los adultos no es realmente creíble. Espera no recibir preguntas al respecto, pues sabe que podrían pensar que el propio Rémi le pega y tal vez retirarles la custodia en el caso de que se la dieran. Debía cuidar más esos detalles.


Al terminar la visita de Kay y Rémi todos se retiraron a su habitación, incluido Lucas que como de costumbre se quedaba con ellas, no las quería dejar sola en ningún momento, pues había cogido esa costumbre con  su hija Chelle la que hasta hace poco dormía con él.

Azura y Daysha se durmieron rápidamente, estaban agotadas. Pero en cambio Sherlyn aún tenía miles de cosas que le rondaban la cabeza, sobretodo la posible muerte de Ander, que para ella era verídica.

-          Lucas. –Dice al fin, esperando a que el joven de pelo rizado aún estuviera despierto.
-          Dime princesa.
-          ¿Sabes quién es Ander? ¿Lo has visto?
-          Por supuesto que sé quién es, es un niño encantador, y muy divertido. –Dice haciendo una larga pausa mientras parece pensar si contestar a la siguiente pregunta, pero finalmente lo hace y confirma las sospechas de ella. –Pero Sher… Ander ya no está aquí.
-          ¿Cómo que no está? ¿Lo han adoptado? –Hace una pausa y mira a Lucas detenidamente. -¿Por qué no se despidió de mí?
-          Sherlyn. No lo han adoptado… -Hace nuevamente una pausa que pone de los nervios a la niña. –Se ha escapado del orfanato.
-          ¿Se… se ha escapado?

Lucas asiente y se prepara para abrazarla levantándose de su improvisada cama en el suelo. Su mejor amigo del orfanato se había ido sin despedirse de ella. ¿Volvería a saber de él algún día?

Pero lo más preocupante es… ¿Cómo escapó Ander? 

Continuará...

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4 comentarios:

  1. Me encanta esta historia, Kay me hace llorar, y también la pequeña Sherlyn cuando lloró por la posible muerte de su amigo y apareció su tío. Es tan tierno y tan... ;_;
    Quiero más. Porque no quiero que las adopten y que tengan ese destino, pero algo me dice que lo acabaran haciendo y que Kay las salvará. Ella no es mala y sin embargo mira donde ha acabado u.u
    Siguiente =)
    Un beso <3

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    1. Me alegra que te guste, es bueno saber que a pesar de retrasarme muchas veces en entregar los capítulos a tiempo aún alguien me sigue leyendo porque le guste.
      Muchas gracias enserio.

      En estos días iré escribiendo poco a poco más de la historia pues ya tengo claro que va a suceder :)
      Aunque después de algunas cosas no sé realmente que pasará, supongo que lo iremos viendo.

      Muchísimas gracias de nuevo por seguir leyendo.

      Un beso y un abrazo.

      Sherlyn M. Höhner Jager.

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  2. Me a encantado el capitulo, perfecto. Ojala remi en algun comento recuerde como era y sea bueno. Buen punto el de la escapada de Ander
    Besos y abrazos

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    1. Me alegro mucho y como siempre muchísimas gracias por el comentario, después de que me leáis es una de las cosas que más agradezco.
      Iremos viendo poco a poco como evoluciona Rémi.
      Y si os dais cuenta en los anteriores capítulos no digo que sea 'malo' más bien que está ausente y es como si lo que pasara a su alrededor no fuera con él.

      Un beso y un Abrazo.
      Y de nuevo muchísimas gracias.
      Sherlyn Höhner

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