Ψ
El llanto
tardo bastante en amainar, pero por fin las pequeñas habían dejado de
llorar.
A Eileen se
le notaba la tristeza en sus propios ojos. El ver como aquellas niñas se habían
quedado solas a tan temprana edad, era algo que ella misma no podía permitir,
pero aun así sabía que no podía adoptarlas. Todavía era demasiado joven, y con
los estudios no podría hacerse cargo de ellas, eso era algo que realmente le
dolía, pues en pocas horas les había cogido un gran cariño, con ellas
disfrutaba de esa infancia que poco le duró, una infancia robada.
Otra
llamada.
Esta vez era
para avisar la hora y día del entierro. Iban a ser enterrados en Nueva York, ya
que no habían conseguido contacto alguno con ningún familiar que quisiera pagar
el importe del traslado.
El traslado era demasiado caro incluso
para aquella pareja, que ahora estaban pasando por un momento económico un poco
apretado, y para colmo el consulado Alemán no parecía querer hacerse cargo del
traslado.
Ψ
Aquel lugar
era demasiado tétrico, frío, un lugar que se notaba que albergaba muchas almas,
almas perdidas, almas en pena, en busca de poder terminar esas cosas que aún le
quedan por hacer, cosas que no terminaron en su vida terrenal. Algo normal en
un cementerio.
El cielo
estaba nublado. Clichés, como si de una película de Hollywood se tratara, en la
cual siempre llueve, y el ensordecedor sonido de la lluvia que cae sobre los
abrigos de las niñas haciendo más dramática y triste la escena. De hecho de no
ser un día tan triste por la pérdida de sus padres, la pequeña Sherlyn estaría
dando saltos de aquí para allá, le gustaba la lluvia.
-
¿Dónde están? - Preguntó Sherlyn en un
leve hilo, los oía, eso le asustaba, y le hacía preguntar ¿No se habían ido?
-
En el cielo cariño...
-
Pero... yo los oigo.
-
No digas tonterías cielo... - Murmuró
Eileen pero con una sonrisa tranquilizadora en su rostro, aunque desconcertada
por aquella frase. ‘‘Pero...yo los oigo''
Al oír
aquello la pequeña trato de replicar, pero al ver aquellas dos cajas acercarse
se quedó blanca, y pronto rompió al llanto, al igual que las otras dos niñas.
Eileen
estuvo a punto de no traerlas, eran demasiado pequeñas para contemplar el
entierro de sus padres. Pero por otro lado a ella le hubiera gustado despedirse
de su madre a pesar de su edad, por eso las llevó. Posiblemente cometía un
error...
Las cajas
comenzaron a descender en sus respectivos hoyos, pero antes las pequeñas se
acercaron a las cajas llorando, y dejando caer algunas fotos, rosas y un CD que
a su madre mucho le gustaba. Quería que en el cielo estuvieran como en casa,
escuchando aquella canción que decía algo así '' Imagine all the people living
for today...'' Las cajas comenzaron a descender, y el sacerdote poco
tardo en decir aquellas palabras que nunca sobran en un acto así. Lágrimas no faltaron.
Pataletas tampoco, Daysha seguía con aquel comportamiento impertinente. Incluso
varias veces llego a insultar a Eileen como si ella tuviera la culpa de todo,
Daysha era pequeña, pero siempre había tenido un genio terrible.
-
Mamá... Papá... -Esas palabras no paraban
de volver a sonar, una, otra y otra vez.
Aquellas
palabras eran como taladradoras en la propia cabeza de Eileen, la hacían sentir
mal. Desde luego se había equivocado en llevarlas, pero ya no había vuelta
atrás...
Ψ
Golpes en el
cristal del coche tras salir de aquel frío cementerio. No se trataba de golpes
de la lluvia, para nada. Un hombre vestido de negro aporreaba la ventana
mientras gritaba algo, parecía ser una orden judicial.
-
¿Sí? ¿Qué hace aporreando la ventana? -
Dijo Eileen tras abrir esta.
-
Señora ¿Esas son las hijas del señor Edgar
Höhner y la señora Cornelia Jager?
-
-Sí... ¿Imagino que usted ha de ser el
señor que se encargará de llevarlas a una casa de acogida o un orfanato? –Dijo
murmurando mientras salía del coche para hablar con más privacidad.
-
Exacto. Me las he de llevar ahora mismo,
estás niñas tiene que estar en un lugar bueno para ellas, ya hemos pasado a
recoger las pertenencias de las pequeñas, al menos las que tenían en el Hotel,
ahora ¿podría dejarme hablar con ellas? O... ¿Usted está interesada en
adoptarlas?
-
No creo que este sea el mejor momento,
acaban de asistir al entierro de sus padres. ¿No cree que…? –Pero este no le
dejó terminar la frase interrumpiéndola impertinentemente.
-
Lo siento señora. Pero es mi trabajo.
¿Podría hablar con ellas? Traigo esta orden, y tengo el derecho, no debería
pedir ni permiso pero trato de ser lo más educado posible.
Aquel hombre
le había empezado a cabrear, y estuvo a punto de gritarle cuatro cosas, pero
este ya se había acercado a la puerta del coche, abriendo así la parte trasera.
«¿Pero este hombre que se cree? »
-
¿Ustedes han de ser esas señoritas tan
bonitas de las que me han hablado? ¿Verdad? Tú has de ser Azura, tu Sherlyn y
ella Daysha. - Dijo señalando a las niñas equivocadas para que así ellas se
animaran a corregirlo.
-
Te has equivocado, Sherlyn es ella, Azura
soy yo y ella es Daysha. ¿Quién eres tú? - Murmuró Azura llevándose las manos a
los ojos mientras sollozaba.
-
Pues yo, soy un hombre que quiere hablar
con ustedes, pues necesito que vengáis conmigo.
-
No quiero ir a ningún lado, yo me quedo
con la 'tita' Eileen.- Replicó Daysha que a pesar de haberla culpado por todo
la quería mucho, y aquel hombre no le gustaba.
Quizás el
que fuera todo de negro y sus marcadas facciones la hacían recordar a los tipos
duros y crueles que solían ver en las películas de los mayores, las películas
que en la mayoría de las veces les tenían prohibidas.
-
Pero... ese lugar os gustará, será un
lugar lleno de niños con los que jugar, pintar y podrás ir a un colegio muy
bonito.
-
¡No quiero!
Aquel hombre
no era mala gente, simplemente había sufrido mucho en la vida. Se había quedado
sin padres a edad muy temprana, había pasado por numerosas casas en las cuales
había sido maltratado vilmente, aquello le había hecho ser así. Por lo que no
dudo en volver a hablar y describir aquel lugar de forma maravillosa,
convenciéndolas poco a poco, aunque Daysha seguía en sus trece.
Las dos
pequeñas salieron solas del vehículo, pero en cambio a la única que hubo que
sacar a la fuerza fue a la pequeña Daysha. Aquello no le gustaba ni a
Eileen ni al propio hombre, pero no podía hacer otra cosa.
-
¿Quieres despedirte de ellas?
Nada más oír
aquello se acercó a ellas, sin decir una palabra a aquel frío hombre, aun teniendo
unas horribles ganas de asestarle un puñetazo en la cara, pero sacudió la
cabeza quitando aquella idea de su mente y abrazó a las tres niñas con lágrimas
en los ojos, mientras le susurraba a cada una lo mismo. “Eres especial”
Tras haberse
despedido, el coche se comenzó a alejar, dejando allí a Eileen, preocupada por
el futuro de las pequeñas, y prometiéndose a sí misma que algún día las
volvería a ver.
Me encanta. Espero seguir viendo mas capitulos. Un beso y sigue asi.
ResponderEliminarEnserio, muchas gracias por comentar Alexandr.
ResponderEliminarPor supuesto, trataré de subir todos los sábados o domingos, según me sea más cómodo para mí.
Un beso, y muchas gracias de nuevo.
Poco a poco voy mejorando.
Sherlyn M. Höhner Jager.
Increíble. Me encantó desde el principio y no me arrepiento. Es una historia muy triste, pero bueno me gusta el drama y tengo curiosidad por saber que le depara a las pequeñas. Sigue así. Besos.
ResponderEliminarCoraline Sevigné Novíkova.
Muchas gracias Cora, la verdad es que estos comentarios son las cosas que me animan a seguir escribiendo, no hay nada como ver que a la gente le gusta y lo lee con ganas y no por obligación, por que a ningún ser humano les gusta ser obligado.
ResponderEliminarBueno, muchas gracias, see irá sabiendo poco a poco, se irá sabiendo poco a poco el como acabarán en ese bosque...
Besos.
Sherlyn M. Höhner Jager
Me ha encantado me he leido los dos capitulos y es que son muy bonitos, espero que publiques pronto el siguiente :)
ResponderEliminarLo publicaré este fin de semana, ya que aún no lo he escrito pues he estado muy ocupada.
ResponderEliminarUn beso.
Sherlyn.
Gracias por pasarte y me alegro de que te halla gustado.
Muchas gracias, enserio.
Tras leer el primer capitulo, empalmarlo con este me genera sentimientos encontrados. No suelo encontrarme con un blog que tenga entradas que me hagan pensar, sentir o leer con avidez como el tuyo. Pero tengo miedo a caer preso de la tristeza que empieza a perfilar la narracion.
ResponderEliminarEspero sigas publicando y logrando despertar esa pasion en mi.
Realmente la principal razón por la que escribí esta historia es por que supe que era algo diferente a la común, pero otra de las razones es por que sabía que la gente iba a sentirse identificada con alguna de las cosas que suceden o sucederán en la historia.
ResponderEliminarMuchas gracias, esas son muchas de las cosas que quería conseguir, sobre todo lo de la avidez al leer, y que no es de agrado el que la lectura te resulte costosa.
Bueno Un beso, y gracias por comentar.
Comparto segundo capítulo Sherlyn... Una pasada !!!!... Triste ... pero muy muy emocionante.... Felicidades amiga, fantástico trabajo !!! Un abrazo !!!
ResponderEliminar¡Muchas gracias Mikel!
EliminarMe alegra que te guste, yo me tengo que poner a leer el tuyo, iré poco a poco son muchas entradas.
Un saludo.
SMHJ