Derek se había vuelto a
inmiscuir en los sueños de las Höhner, aunque en esta ocasión añadió un nombre
a la repetida información: “Peter Marshall”. ¿Será otro hermano? ¿El padre de
Derek?
No lo dijo. Sólo repetía
una y otra vez “Él tiene la culpa”.
Pero sea quién sea es
parte del misterio. Otra pieza más que encajar.
A las niñas no les quedaba
demasiado tiempo en el orfanato. No había vuelta atrás, no había solución, ya no
podían hacer nada. Ni siquiera Azura podría, aun siendo la más aguzada a la
hora de resolver misterios.
-
¿Has
soñado lo mismo que yo otra vez? –Pregunta Azura.
-
Otra
vez Derek.
-
¿Y
tú Sherlyn? –Ella asiente rápidamente. –No podremos hacer nada, mañana nos
vamos. Aunque podríamos escribir una carta a Rotenmeyer, ella sabrá que hacer.
Silencio. Risas.
-
Hablas
como los mayores, ya no eres divertida, Señora Azura. –Comenta Daysha en tono
divertido, aunque Azura no se lo toma como una broma, es la realidad.
Y así es.
Azura era
tan avispada como Daysha y tan coqueta como Sherlyn e incluso se podría decir
la más divertida de las tres, pero todo eso había cambiado.
Primero
la muerte de su abuelo, luego la de su tío y finalmente la más dolorosa, la de
sus padres, sin duda nunca ha sido fácil superar una muerte, pero sin duda la
de un familiar es totalmente diferente y más difícil.
¿Cómo iba
a superar fácilmente tantos golpes duros y de forma tan escalonada? Como si de
las fichas de un Dominó se tratara, cayendo una tras de otra. ¿Serían ellas las
siguientes?
●●●
Ander.
Aún resonaba su nombre en
la cabeza de Sherlyn como si un eco insoportable decidiera martirizarla. Desde
el día en que se enteró que se había escapado no había podido dormir una sola
noche, como si de alguna manera esperara a que tocara su ventana y le dijera
que fuera con ella, cual Peter Pan y poderse ir a vivir lejos a su propio País
de nunca jamás.
Sin miedo. Sin miedo a
sentirse de nuevo sola, triste e incomprendida.
Por muy cursi y de mayor
que suene, con él era con el único que se sentía a gusto, con el único que
sentía que podía hacer todas esas cosas que no se atrevía a hacer. De alguna
forma fue su héroe en el orfanato, el que hizo posible que no llorara cada
noche la muerte de sus padres recordando los buenos momentos que había pasado
con él durante el día. Sin duda, era su mejor amigo.
Pero de nuevo, la pregunta
asechaba…
« ¿Cómo escapó? ¿Cómo escapó Ander? »
Ψ
En el mismo lugar oscuro
de Nueva York.
-
¡Sherlyn!
¡Daysha! ¡Azura! –Grita la voz de la Rotenmeyer.
Había llegado el día de la
despedida.
Sonreían a la vez que
lloraban. Por fin se iban.
Sonreían porque por fin se
iban del odioso lugar, pero también lloraban por la gente que se quedaba: Su
amiga Zallsie, Samuel, Hackett e incluso por la repelente Amanda. ¿Qué les
pasaría a ellos? ¿Encontrarían un hogar o simplemente se quedarían allí hasta
que les fuera permitido partir?
Es
irónico. Ellas preocupándose por sus compañeros cuando realmente ellos se
podrían considerar que están en el paraíso y ellas se acercan al infierno. Pero
claro, eso ellas no lo saben. Tan sólo Rémi, Kay y nosotros.
Un
abrazo, un beso y unas pocas palabras de despedida. Lo normal.
Pero lo
sorprendente fue cuando Azura se atrevió a
abrazar a Rotenmeyer. Después de todo ella no era tan mala como parecía,
había alguien peor.
-
Pequeñas.
Ya han llegado Rémi y Kaytleen. Despídanse rápido. Si no es que ya terminaron
con ello.
Un último beso y abrazo a
Zallsie y salieron corriendo hacia la puerta con sus pocas pertenencias. Todas
con una pequeña mochila en la espalda y además de eso Sherlyn llevaba un
pequeño conejo de peluche al que llamaba Izzy.
Ahora tocaba la despedida
más dura, la de Lucas.
-
“Tito”
Luc, te vamos a extrañar. –Confirmó Sherlyn.
-
Y
yo a vosotras…
El niño interior de Lucas
volvió a salir llenándoles la cara de besos a las tres, para luego terminar con
su particular pico en los labios.
-
Ahora
al coche, que las esperan.
Dijo en tono algo brusco para evitar
las lágrimas que estaba a punto de soltar.
-
¡Espera
Lucas! –Dijo haciendo una pausa la formal Azura mientras sacaba un sobre y se
lo tendía a Lucas. –Dáselo a la señora Marshall.
-
Está
bien…
-
Pero…
cuando no esté Amélie presente… ¡¡ Y no la leas!! ¡¡Cotilla!!
Ψ
-
Muchas
gracias pequeñas. –Dijo la voz de Derek. –No habéis logrado salvar mi descanso,
pero lo habéis intentado, Gracias.
Esas palabras fueron
bastantes doloras para Azura, la pequeña niña que había aceptado ayudarlo al
escuchar como pedía ayuda, sin saber de qué se trataba, ni que escondía su
historia.
Su única oportunidad de
descansar en paz había sido perdida. Estaba condenado a vivir entre dos mundos.
Ψ
Orfanato de Nueva York,
horas después de la partida de las Höhner.
Una muchacha alta, esbelta
camina elegantemente acercándose a las verjas del orfanato. Parece nerviosa e
incrédula, pero no se nota. Su forma de caminar, tan elegante, sigilosa y danzarina
hace que cualquiera que la mire ignore cosas tan simples como el jugueteo
nervioso que tiene con las llaves de su coche.
Al llegar a la puerta coge
una gran bocanada de aire a la vez que se tranquiliza mentalmente a sí misma.
«Es una tontería estar nerviosa por
esto»
Y tras varios minutos se
arma de valor y toca en el enorme portón una ligera pero nerviosa sonrisa en
los labios. Un minuto, dos, tres… Termina por perder la cuenta hasta que por
fin escucha pasos acercándose a la puerta y se abre dejando ver al otro lado de
la puerta una mujer de unos setenta años con un semblante serio, fastidiado por
el paso de los años. Ignorando por completo el aspecto escalofriante de la
señora se acerca ansiosa por preguntar.
-
¿Qué
desea señorita?
-
Hola
señora, ¿Me gustaría saber si tres niñas alemanas con apellido Höhner Jager
están en este orfanato?
-
Llegas
tarde señorita. Hoy mismo han partido a su nuevo hogar.
-
¿Sabes
de alguien que podría darle un mensaje a las niñas?
-
Creo
que sí. Dígame. ¿Qué quieres que les digan?
-
Simplemente
que Eileen ha estado aquí.
Y ahí estaba Eileen
sorprendida por el aspecto del Orfanato y más después de cómo había escuchado
que se lo describía Lucas a las niñas, entusiasmado, mientras ella se resignaba
a mirar cómo se las llevaba mientras la lluvia caía sobre ella y se mezclaba
con sus lágrimas haciéndolas “invisibles”.
Y ahora se volvía a quedar
atónita.
Sus esfuerzos habían sido
en vano. Había pensado en dejar de estudiar para cuidar de ellas, esas niñas
que en poco tiempo la cautivó.
«Ahora tienen un futuro
mejor Eileen» Se convencí a sí misma, creyéndoselo.
Pero eso no era cierto.
Continuará...
Ya sabéis, comentad, puntuad... y si queréis enviar un mensaje más directo a mi para alguna colaboración o cualquier otra cosa ajena a la historia podéis ir al final de la página donde encontraréis un formulario para comunicaros más directamente conmigo.
PD: Sé que este capítulo es un poco soso, pero intentaré que el siguiente tenga algo más de acción, aunque no sé yo. Porque estoy intentando dar final a un episodio de sus vidas y necesito zanjar algunos temas...
Estaré un tiempo fuera, no sé cuanto, pero prometo que escribiré todos los días en papel para cuando llegue publicar.
Un beso.
Hola Sherlyn, me encantó el capitulo, como todos.
ResponderEliminarMe dió pena que Eileen no pudiera verlas, con lo bien que me cae, también me entristecio las palabras de Derek, ya que no podrá descansar en paz...
Pero tambien tengo una duda, que me acabo de acordad y tenia pendiente por decirtelo, en la sipnosis dice Que en una pequeña cabaña en medio de un frondoso y solitario bosque (o eso creo que era) cobija a tres niñas...
Y yo tenía la duda de si habia cambiado eso o pasaba más adelante..
Bueno besos y abrazos y espero con ganas el proximos capitulo.
Hola Anónim@
EliminarEs cierto, en un principio tenía esa idea, pero ahora ha llegado un momento que no sé que hacer con esa idea si desecharla o usarla en un futuro, ya lo iré viendo... ya lo iremos viendo.
Por el momemento quedan muchas sorpresas.
Un beso y un Abrazo.
SMHJ
Para nada soso... Me parece que enlazas fenomenal a los personajes sin agotar al lector.
ResponderEliminarTe felicito. Un saludo
Muchas gracias por tu comentario y por haber tomado tu tiempo para leer mi blog.
EliminarYa yo me pasé por el tuyo y sinceramente me agrada.
Muchísimas gracias de nuevo.
SMHJ.
Un abrazo.