lunes, 22 de octubre de 2012

Capítulo 4. Segunda Parte.

Ψ


Las pequeñas Höhner corrieron a toda pastilla hacia la habitación, pero no sin antes despedirse de Ander y Zallsie. Pues a pesar de que Azura se mantuvo al margen de la conversación en todo momento. Aun así el pequeño Ander le había caído espléndidamente.
El pasillo que dirigía hacia las habitaciones era realmente apagado, triste y lo contrario de pulcro, muy acorde con el resto del lugar, daba miedo.

Al entrar en la habitación encontraron a Daysha en la dura y destartalada cama mientras sollozaba y eso se podía notar por su entrecortada respiración. El crujir de la puerta hizo que girara la cabeza rápidamente en dirección a la puerta. Su mirada inevitablemente dejaba ver el miedo que sentía en aquel momento, lo último que deseaba era cruzar mirada alguna con la señora Marshall, Lo sucedido en la sala de los castigos, había hecho que Daysha le tuviera más respeto, o mejor dicho, miedo.

Suspiró al ver que se trataba de sus hermanas.

-          ¿Day?, ¿Estás bien? ¿Qué te hizo esa bruja? –Preguntó la mayor de las Höhner.

-          Sí, estoy bien… Nada, no me hizo nada. –Murmuró mientras mantenía las manos sobre sus rodillas, tapando la sangre ocasionada por el picón.

-          ¿Estás segura? –Preguntó la madura e intuitiva Azura nuevamente.

Varias veces formuló la misma pregunta, y finalmente la cabezota Daysha decidió contarlo, para que así ellas no cometieran el mismo error, y también porque sus padres la habían educado bien, siendo así la verdad la que predominaba en el hogar de los Höhner, aunque no siempre Daysha era sincera, pero en este caso se trataba del bien de sus hermanas, era pequeña pero con cabeza y uso de razón.

Narró torpemente lo sucedido en la habitación, aunque posiblemente se haya saltado la parte de la ‘’paleta’’. Entre lágrimas miró a sus hermanas, pero finalmente sonrío y les dio un beso a cada una, mientras de un saltó se ponía en pie en el suelo.

-          ¿A dónde vas? –Preguntó la pequeña Sherlyn.

-          Vamos de excursión.

-          Day… no podemos salir de aquí, si no la bruja nos peleará y pegará.-Dijo Sherlyn en tono inocente.


-          Bueno… eso es verdad, no quiero ver a esa bruja. Nos quedaremos aquí, aunque no me gusta la idea. ¿Qué podemos hacer?





Aquel que podemos hacer se convirtió en un quebradero de cabezas durante horas, danzando de un lugar a otro sin saber qué hacer. De ser aquella su habitación en Alemania podrían hacer e imaginar miles de cosas, su habitación era alegre y llena de colores, está en cambio solo hacía pensar en cosas tenebrosas y oscuras. Las paredes teñidas de un color blanco que poco a poco habían acabado cogiendo un tono grisáceo debido al paso del tiempo y la suciedad acumulada y los muebles de madera de ébano, siendo está por naturaleza oscura, daba así un toque más frío a la habitación casi sin iluminación, apenas la escasa luz de una lámpara que colgaba del techo, puesto que la ventana estaba cubierta por un enorme árbol que apenas dejaba pasar la tenue luz del sol, digo tenue porque en las casi dos semanas que habían estado allí no había parado de llover, parecía que el tiempo venía incluido en la tenebrosidad del orfanato, era como un complemento más, como si de una película de terror se tratara. Clichés.

A las pequeñas no les dio más tiempo para pensar ya que aquella joven que antes se había llevado a Sherlyn y Azura hacia el comedor había llamado para que fueran a almorzar. El que viniera aquella chica les resultó bastante extraño a las niñas, pero sin rechistar y darle más vueltas a aquella cuestión salieron en fila y en silencio de la habitación. En último lugar salió Daysha, ahora con miedo por tener que ver a la Rotenmeyer de nuevo, pero al parecer aquel día se ausentaría durante la tarde, la razón no se sabía, pero eso permitía un poco más de libertad a las pequeñas charlatanas, las cuales se sentaron junto a Ander y Zallsie. Daysha sonrío al oír las presentaciones y más aún cuando Ander puso la boca en forma de ‘O’ sorprendido ante el idéntico parecido físico de Daysha respecto al de su hermana.

Y tras oír la explicación de las niñas río avergonzado por no saber que existían aquella clase de niños.

Los platos que se sirvieron, esta vez era una especie de sopa de pescado, con mejor pinta que aquel desayuno que día tras día se repetía, gachas.

Daysha se lo terminó enseguida, no solo por el hambre, ya que no había desayunado sino también porque solo pensaba en volver a la habitación. Sabía que algún día tendría que ver a la Rotenmeyer, pero ese día no estaba preparada, es más llegó a decirles a sus hermanas que no saldría de la habitación, porque no quería ver a la bellaca mujer que la había golpeado. En cambio Sherlyn con toda su paciencia del mundo comía lentamente mientras hablaba con Ander y Zallsie, el cual siempre tenía una sonrisa en la cara al menos siempre que Sherlyn se dirigía a él.

El almuerzo se extendió poco más, la primera en marcharse fue Daysha. Tras una oleada de niños que corrían a sus habitaciones o a ajenas para jugar, aprovechando la ausencia de la ‘Rotenmeyer’. Unos minutos más tarde salió Azura, tras despedirse de Zallsie con la que no había parado de hablar, a pesar de ser precisamente callada. Sherlyn en cambio se quedó planeando junto con Ander a que iban a jugar por la mañana, podrían ir ahora a jugar, de hecho la pequeña lo propuso, pero pronto ambos cambiaron de opinión. Ander iría a jugar con sus amigos y ella con sus hermanas.


Ψ



Una brisa fría entro por uno de los pequeños huecos libres de la ventana, haciendo que Daysha se erizara de forma notable y diera un respingo al ver un rostro familiar, un rostro que hizo que la pequeña Daysha estallara en llanto y se pusiera ligeramente pálida.

-          Mamá…

Aquel murmuró provocó que Azura mirara a su hermana, rompió el llanto nada más ver a su madre, allí, sentada junto a su hermana acariciándole el cabello, como hacía cuando alguna de sus pequeñas estaba triste.

-          ¿Eres tu mamá? –Preguntó Azura mientras caminaba hacia donde estaba Daysha y el espíritu de Cornelia, su madre.

Azura escuchó claramente como decía que sí, pero en cambio Daysha solo veía como su madre movía los labios sin emitir sonido alguno…

-          Azura… ¿Tú la escuchas? –Preguntó entre lágrimas.

-          Sí…

-          Mamá… ¿Cuidas de nosotras? ¿Lucas tenía razón? Nos estás cuidando desde ahí arriba. –Preguntó con insistencia la rebelde Day.

-          Sí… por supuesto, siempre cuidaré de mis pequeñas princesitas. ¿Dónde está Sherlyn?

Azura le repitió a su hermana lo que su madre había dicho para que así no tuviera problema en saber de qué hablaban y haría lo mismo con el resto de la conversación.

-          Sherlyn… se quedó hablando con Ander, su “noviete’’. –Dijo Daysha en tono de burla a pesar de las lágrimas que ahora contenía.

-          No es su novio Day, no seas mentirosa.

Cornelia negó mientras reía, al ver que sus pequeñas seguían igual que siempre, aunque había notado un pequeño cambio en su hija mayor.

Sintieron pasos a sus espaldas, era Sherlyn, la que pronto se unió a aquella reunión entre lágrimas, mientras miraba el rostro de su madre, y escuchaba su risa, preguntándose el por qué su hermana no la oía. Y por fin Cornelia decidió que era hora de decir su mensaje, la razón por la que se hallaba allí, indudablemente era por sus tres hijas, pero en concreto por Daysha.

-          Day… peque. He venido por las tres, pero también para decirte que te quiero, a las tres las quiero, y que siempre os estaré viendo desde arriba, y cuando menos lo esperes, yo, papá, el abuelo o el tío Erich bajaremos a verte.

-          ¿El tío Erich también esta con ustedes? –Preguntó Daysha cuando su hermana le repitió lo que había dicho su madre.

-          Sí pequeña, todos estamos arriba, pero llegará un momento en el que no podremos bajar, pero siempre, siempre estaremos observándoos, así que procura portarte bien porque ahora me tengo que ir, pero prometerme que os portaréis bien. ¿Vale?

Y una vez que las tres pequeñas asintieron conmocionadas de forma casi instantánea el silencio se hizo en la triste habitación cuando Cornelia no dejó rastro alguno de presencia. Esa visita había alegrado a las princesas, pero también había sembrado dudas en las niñas, sobre todo el por qué dos de ellas si veían y escuchaban a su madre y Daysha no. Pasaron el resto de tarde sentadas en la habitación, Sherlyn leyendo un cuento que conservaba de la escuela de Alemania.

Realmente habían tenido suerte, el orfanato era alemán y solían traer allí la mayoría niños alemanes o bilingües, por lo que el idioma no era precisamente un problema, y más cuando con esa edad se aprende verdaderamente deprisa, en unos años podrían hablar inglés a la perfección y sobre todo porque aquel orfanato podría ser odioso e infernal, pero al menos la señora Marshall se había preocupado por los niños alemanes de Estados Unidos aprendieran el idioma, contratando así una profesora para que les enseñara inglés, mientras no estuvieran en el colegio, no era la mejor, pero ayudaba.

El día pasó con cierta tranquilidad tras todo lo sucedido, sin ningún suceso más, al menos hasta la madrugada del día siguiente.

Clac, clac, clac.


Un paso, otro paso, otro, otro. Una voz que susurraba “Os encontré, os encontré, os encontré. Ahora solo tenéis que ayudarme, ayudarme a escapar. Me persigue, me persigue. ‘’



Aquella voz perturbó el sueño de Azura, ya no le parecía tan agradable eso de escuchar voces, ahora le daba miedo…


Continuará...

Si te gusta, y quieres el siguiente capítulo solo tienes que pedirlo, y dejar tu opinión. Para ver si escribo el siguiente capítulo o no.

Clic, aquí para ir a mi otro blog.
Clic aquí para ir a vuestra sección, en la que podréis participar con vuestras historias. (Actualmente pido historias para Halloween)
PD: Se que este capítulo tiene menos drama y tal vez menos contenido que los demás, pero el quinto promete.





2 comentarios:

  1. Tétrico final para una entrada evocadora. Como ya dije anteriormente, me gusta mucho tu forma de narrar. He detectado algún error sin importancia que seguramente sea más por el vocabulario de mi zona que otra cosa. Independientemente, es una segunda parte digna de la primera.
    PD: Azura empieza a ponerme nervioso.

    ResponderEliminar
  2. Posiblemente los halla tenido, no digo que no, de hecho esta bien saberlo, lo revisaré en cuanto pueda, de hecho siempre ando corrigiendo cosas.
    Me alegra de que sea así, ambas cosas, esa era en sí una de las funciones de la callada Azura, pronto se descubrirán las demás...
    Un beso.

    ResponderEliminar

Cualquier comentario que sea de mal gusto será borrado, es decir que al dar una critica utilices insultos soeces. Si tenéis blog dejarlo en el link. Y por supuesto, quiero vuestra opinión. Saludos Príncipes y Princesas de Sherlyn.